Lipidosis hepática felina
La lipidosis hepática felina (LHF) es una de las enfermedades hepáticas más frecuentes en gatos. Se produce por una acumulación excesiva de triglicéridos en el interior de los hepatocitos. También se conoce como “Síndrome de lipidosis hepática” o “Lipidosis hepática idiopática felina”. En la mayoría de los casos (> 80%) puede identificarse más de una enfermedad primaria como causa subyacente. Menos de un 5% son idiopáticos.
FACTORES DE RIESGO PARA EL DESARROLLO DE LA LIPIDOSIS HÉPATICA
• Obesidad:
Un hígado normal es capaz de captar los ácidos grasos libres y transformarlos a triglicéridos en el momento en que la cantidad de ácidos grasos excede a las necesidades energéticas del animal. En esta situación, la insulina mediante la acción de la lipasa sensible a hormonas (LSH) suprime la lipólisis. Cuando hay obesidad, la habilidad de la insulina de suprimir la lipólisis es insuficiente y el riesgo de desarrollar lipidosis hepática se incrementa.
No todos los gatos obesos presentan esta patología. Sin embargo, cuando dejan de comer (situación de estrés, dieta no palatable, dieta hipocalórica no controlada, reducción brusca de la tasa calórica diaria o enfermedad) se desarrolla con mayor frecuencia esta patología.
• Dietas:
El consumo excesivo de dietas ricas en grasas o carbohidratos.
• Estrés:
El estrés es una causa muy importante como factor desencadenante. Durante el estrés crónico, los niveles de glucosa descienden y causan una disminución concomitante en la secreción de insulina y un aumento en la producción de glucagón. Este proceso induce la lipólisis y la liberación de ácidos grasos libres en la circulación sanguínea. Los cuales finalmente llegan al hígado dónde son almacenados en forma de triacilglicéridos.
• Hiporexia - Anorexia:
Los gatos son una especie muy susceptible a los problemas de malnutrición ya que reducen su ingestión de nutrientes (hiporexia) o dejan de comer por completo (anorexia) durante el desarrollo de enfermedades y/o estrés. La anorexia de una semana de duración, conlleva a una importante movilización de grasa corporal, dirigiéndolas hacia el hígado para transformarlas en energía. Esta energía es almacenada por los hepatocitos en forma de triacilglicéridos hepáticos.
Estrés y anorexia producen una restricción severa de proteínas y carbohidratos.
La deficiencia de proteínas impide la unión de los ácidos grasos con las apoproteínas, por lo que éstos permanecerán en el hígado. Debida a esta restricción severa, a través de la lipólisis se moviliza gran cantidad de energía del tejido adiposo hacia el hígado. Por lo que, la acumulación de triacilglicéridos aumenta de forma exagerada causando una lipidosis hepática.
SIGNOS CLÍNICOS
Cuando existe la sospecha clínica de una lipidosis hepática felina (LHF), es muy importante diferenciar si esta hepatopatía es:
• PRIMARIA: Lipidosis hepática idiopática felina.
• SECUNDARIA A: Colangiohepatitis/Colangitis, Diabetes mellitus, Hipertiroidismo felino, Obstrucción intestinal crónica, Enfermedad inflamatoria crónica intestinal (IBD), Enteritis linfoplasmocitaria, Enteritis eosinofílica, FLUTD, Pielonefritis, Nefritis intersticial crónica, Pancreatitis, Linfoma intestinal, Linfoma hepático, carcinomas, hipoxia hepatocelular (por anemia y congestión venosa pasiva), toxinas (bacterianas anaeróbicas y vegetales) fármacos y sustancias químicas.
Podemos observar:
• Sobrepeso
• Gato adulto, ambos sexos, mediana edad.
• Ictericia
• Hiporexia, anorexia de 3 - 7 días, deshidratación
• Hepatomegalia no dolorosa
• Depresión, debilidad, postración y ventroflexión del cuello y/o cabeza
• Pérdida de peso progresiva (25 – 40%)
• Pérdida de masa muscular
• Náuseas, vómitos y diarrea.
• Ascitis secundaria a otras patologías como PIF, pancreatitis y neoplasias.
• Trastornos de la coagulación en el 50% de los casos.
DIAGNÓSTICO
La dificultad de establecer un diagnóstico presuntivo de LH radica en que los hallazgos clínico patológicos coinciden con los de enfermedades como colestasis, obstrucción biliar y /o pancreatitis. Además, muchas veces es imposible descartar la existencia de una patología primaria subyacente. Así, es importante realizar un panel completo de pruebas diagnósticas que nos ayuden tanto a identificar la causa primaria como a confirmar el diagnóstico y descartar otras patologías. Esto es importante de cara a instaurar un tratamiento adecuado, ya que algunos procesos tienen diferentes tratamientos (como la obstrucción biliar que necesita resolución quirúrgica o las colangiohepatitis que necesitan tratamiento específico).
Trastornos asociados a lipidosis hepática
• Otros trastornos hepáticos:
Colangiohepatitis: supurativa o no supurativa
Coledocitis: obstrucción de vías biliares extrahepáticas
Hepatitis crónica inflamatoria
Displasias vasculares
Linfosarcoma hepático
• Trastornos renales:
Urolitiasis crónica
Pelonefritis
Nefritis Intersticial crónica.
• Hipertiroidismo
• Piómetra
• Cardiomiopatía
• Toxicidades Farmacológicas
• Pancreatitis
• Diabetes Mellitus
• Neoplasias
• Enfermedades del Intestino Delgado.
Enteritis eosinofílica
Enteritis linfocítica-plasmocitica
Obstrucción intestinal crónica. 2
TRATAMIENTO
El tratamiento debe corregir todos los desequilibrios producidos por la disfunción hepática y proporcionar una alimentación equilibrada; en caso necesario, colocar una vía de alimentación permanente ya que el periodo de recuperación puede ser largo. Tras estabilizar al animal puede ser necesaria la laparotomía para biopsia de hígado, páncreas y duodeno que permita llegar a un diagnóstico definitivo.
El tratamiento tiene que incluir tres objetivos:
- Eliminar o revertir la causa original del proceso, normalmente culpable de la anorexia.
- Corregir las alteraciones sistémicas asociadas a la disfunción del hígado.
- Facilitar la regeneración hepática
El tratamiento comienza por estabilizar al animal con fluidoterapia para compensar la deshidratación y el desequilibrio electrolítico y ácido básico. Los fluidos que contienen lactato y glucosa deben evitarse, ya que podrían agravar el desequilibrio electrolítico. 2
Bibliografía:
Autora: Lidia Gardell. AEVA VETERINARIA.
Imagen: E. Sánchez M. López. Revisión y actualización de la Lipidosis hepática.